Buenos días.

Reciban ustedes un cordial saludo desde Costa Rica y sean bienvenidos a esta nueva reunión del “Grupo de Expertos en Políticas de Inclusión Financiera” (EGFIP) de la “Iniciativa de Inclusión Financiera para América Latina y el Caribe” (FILAC).

Esta, que sería la primera edición virtual de las reuniones del FILAC reviste un significado especial por partida doble. Por una parte, demuestra el ahínco de los reguladores de la región por seguir fomentando las iniciativas de “Inclusión Financiera” a pesar de las circunstancias adversas que estamos viviendo a nivel mundial a causa de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Y por otra parte constituye una prueba clara de cómo el uso de la tecnología contribuye a solventar problemas que al igual que muchas otras personas enfrentamos en nuestro quehacer diario y que se ven agravados por situaciones como la que estamos experimentando.

Desde esa perspectiva, si el desarrollo de los “Servicios Financieros Digitales” siempre ha revestido un especial interés como uno de los principales pilares para promover la “inclusión financiera” y lograr la integración efectiva de personas no bancarizadas a los sistemas financieros formales, éstos cobran aun una mayor transcendencia como el medio idóneo para permitir la continuidad en la prestación del servicio a consumidores de productos y servicios que ya son usuarios de dichos sistemas, en estos tiempos de crisis donde el distanciamiento social es la circunstancia dominante de nuestra nueva normalidad.

La actual crisis sanitaria ha enfatizado aún más la necesidad de fomentar el uso de este tipo canales en beneficio no sólo de las personas a nivel individual sino también de las micro y pequeñas empresas. El poder llevar a cabo esta actividad de manera virtual demuestra las bondades de estos medios y si nosotros como reguladores nos vemos favorecidos con sus beneficios, igualmente muchas personas con mayor necesidad pueden verse beneficiados con ellos. De ahí que se acentúa la importancia de que nosotros como reguladores continuemos impulsando los “Servicios Financieros Digitales” por medio de una regulación apropiada y otras iniciativas que estén a nuestro alcance.

De la misma manera, desafortunadamente debemos reconocer que algunas de las medidas de distanciamiento social adoptadas para paliar la crisis sanitaria han tenido como repercusión no deseada la desaparición de muchas micro y pequeñas empresas a las cuales no les ha sido posible mantenerse a flote debido a la considerable disminución de su clienta, pero sí debemos de reconocer que por esta crisis han florecido nuevas actividades que han capitalizado de los procesos de innovación. En ese sentido, esta crisis que inició exclusivamente como una crisis sanitaria ha desarrollado nuevas aristas que en cierta medida la han convertido también en una crisis económica. La disminución del número de micro y pequeñas empresas con su consecuente incremento del desempleo debe resultarnos preocupante.

No obstante, es justo en situaciones como ésta donde encontramos similitudes en los ejes principales que serán desarrollados en las cesiones de trabajo que hoy nos convocan. Así como las entidades financieras pueden hacer uso de la tecnología para continuar brindado productos a los consumidores financieros por medio de los “Servicios Financieros Digitales”, igualmente las micro y pequeñas empresas también pueden hacer uso de la tecnología para continuar llegando a su clientes en estos tiempos difíciles.

Por supuesto, lograr la transición de estas empresas de la informalidad a la formalidad requiere de mucho más que sólo facilitarles acceso a plataformas tecnológicas. El abanico de posibles medidas es amplio, abarcando desde incentivos fiscales, simplificación de tramitologías y fondeo especializado, hasta programas de capacitación. Es por ello que identificar cuáles medidas podrían llegar a ser más efectivas en nuestra región resulta preponderante y por tanto, la contribución que el trabajo que realizarán ustedes hoy resulta de gran relevancia.

Asimismo, en temas género, también en el marco del FILAC previamente se han realizado importantes esfuerzos para identificar la brecha de género existente en nuestros países y de fijar una posible agenda para su cierre. No obstante, dicha brecha aún persiste, por lo que de la misma forma resulta relevante la identificación de medidas o la formulación de iniciativas que contribuyan con  mayor celeridad a solventar este problema que amenaza con acrecentarse a raíz de la crisis, como ya hemos mencionado.

Por lo ya dicho, debe reconocerse que FILAC se constituye en una excelente plataforma para dar impulso conjunto a este tipo de iniciativas en la región, capitalizando del aprendizaje por pares como una excelente herramienta para maximizar los esfuerzos realizados por algunos, sin llegar a caer en los mismos errores cometidos en el camino.

Pese al entorno tan convulso que estamos viviendo debemos seguir demostrando nuestro compromiso con las iniciativas de “inclusión financiera”, al igual que debemos aprender a manejar los retos que enfrentamos para lograr convertirlos más bien en oportunidades. Aunque muchas veces resulte complejo, aún en las coyunturas más difíciles puede resultar posible sacar partido de la situación para lograr avances en estos temas que tanto beneficio traen a nuestras poblaciones. Es cuestión de aprender a mirar estos obstáculos como una mera prueba a nuestro empeño e imaginación.

Con esto, no me queda más que desearles una muy productiva jornada de trabajo y que el esfuerzo que realicen rinda frutos sustanciales en el corto plazo.

Muchas gracias y buenos días a todos.